Los canalones forman parte del proceso de saneamiento de las aguas pluviales de cualquier edificación. Una correcta instalacion puede evitar muchos problemas de humedades y problemas asociados a la presencia de agua en la casa.
El canalón es un conducto que recibe y conduce el agua de los tejados a la red de recogida de aguas pluviales; normalmente se instala en el borde del alero, en la parte inferior de los tejados, aunque tambien existe desde hace poco el canalón lateral de hastial, que se instala en hastiales o zonas laterales para recoger el goteo/chorreo de las tejas laterales o remates. Existen cada vez más soluciones arquitectónicas para el desagüe de las aguas pluviales en los tejados.
El más común tiene una sección en forma de «U», a modo de media tubería, y se coloca al final del tejado; se disponen con ligera pendiente o prácticamente horizontales. Esto permite que el agua de lluvia que recoge el tejado sea canalizada por esa ‘media tubería’ a la red general mediante las bajantes. En el caso del canalon lateral de hastial, tiene una forma de «J» y se coloca entre la pared y la teja o remate lateral para recoger el goteo, envitando manchas y humedades que discurren por las paredes desde los laterales de cubierta.
Se dispone de un sistema de tuberías llamadas bajantes que canalizan el agua desde el canalón hasta la parte más baja del edificio; estas bajantes son generalmente verticales. Se suelen colocar unas rejillas en la conexión del canalón con las bajantes, para que sirvan como filtro de objetos y evitar bloquear los conductos, por ejemplo, de las hojas de los árboles. Las aguas recogidas pueden ser reutilizadas para riego de campos y jardines. Antiguamente, se utilizaban como agua potable y, canalizadas, se embalsaban en aljibes.
Los canalones pueden ser de diferentes materiales aunque predominan estos: