En los procesos de microcogeneración el objetivo es la generación eléctrica, no la térmica. Con lo cual todos los parámetros de diseño giran en torno a este concepto.
Debido a esto y para alcanzar la máxima generación eléctrica anual hay que dimensionar la producción térmica (calefacción y ACS) no para cubrir el 100% de la demanda sino adaptar la producción térmica a la eléctrica, este factor implica dos condiciones que se han de seguir y cumplir en el correcto dimensionamiento.
El primero es la necesidad de grandes volumenes de inercia para no parar la generación eléctrica, que haría menos rentable la inversion. Por lo que como todas las energias innovadoras, es a nivel térmico, inercial. No se debe parar la generación eléctrica por tener problemas de almacenamiento de energía térmica. Si se dimensiona para el 100% de la demanda de calefacción y ACS, en invierno no tendriamos problema, pero en verano habria una caida tan grande de demanda térmica que implicaría muy pocas horas de funcionamiento de la máquina de microcogeneración. Por eso se fija en aproximadamente 70% de la demanda de ACS como la cobertura térmica que aporta la maquina y que maximiza la generación eléctrica.
El segundo condicionante, ya se puede entrever del primero. Como no se dimensiona para cubrir toda la demanda térmica es necesario realizar una instalación auxiliar, de gas, gasoil C, geotermia, aerotermia, biomasa… que aporte la energía que no da la microcogeneración. Este problema de necesitar una instalación auxiliar es parecido al que ocurre con la energía solar térmica.
Con lo que como la energia solar, las instalaciones de microcogeneración, será tanto más rentable cuanto mayor sea el consumo de agua caliente sanitaria (ACS), por lo que bloques de viviendas, hospitales o hoteles, pueden aprovechar al 100% esta tecnología.